miércoles, 25 de noviembre de 2009

25 / 11 / 09

¿Es el 25 / 11 / 09 un día especial en el chobitismo?
¿Qué sucede en Chobits el 25 / 11 / 09?
¿Acaso tratamos de decir algo?
¿Se trata de algo que sucede o que deja de suceder?
¿Esta aquí o sólo estoy despistando a todo el mundo?
¿Se acabará el 25 / 11 / 09 antes de saber de qué hablo?
¿Sabemos de qué hablamos?
¿Se trata de algo?
Es
¿Qué es?

Pues nada, como cuasi-fundador del Chobitismo espero tener estos apuntes como recordatorio de algo.

viernes, 16 de octubre de 2009

El encuentro de Descartes con Chii


René Descartes nace el 31 de marzo de 1596 en La Haye (Francia). Estudia en el colegio La Flèche (en Anjou) que era de los jesuítas, donde permaneció 10 años. En 1616 se graduó en derecho en la universidad de Poitiers. En 1618 se alistó en las tropas del príncipe Mauricio I de Nassau-Orange, en la guerra de los Treinta Años con la intención de seguir la carrera militar; posteriormente sirvió en otros ejércitos.

Pero su interés se centró siempre en los problemas de las matemáticas y la filosofía, a los que dedicó el resto de su vida. Sin embargo...

Su naturaleza, poco propicia a la exaltación y al exceso sentimental, debió sufrir en estos meses un ataque agudo de entusiasmo; tuvo visiones y oyó una voz celeste que le encomendaba la reforma de la filosofía.

Lo que sucedió en estos tres sueños un 10 de Noviembre de 1619 en una habitación calentada por una estufa, en un lugar al sur de Alemania y después de un día de concentrada reflexión nunca quedó del todo claro, pero tal y como podemos interpretar de sus palabras “El espíritu de la Verdad, el espíritu de Chii, le había abierto los tesoros de todas las ciencias”

Y es que el encuentro de Descartes con Chii, marcó el descubrimiento de la única verdad clara y distinta que cualquier individuo puede conocer: chobiteum ergo sum.

Descartes nunca habló abiertamente del Chobitismo, pero lo trato como “Método” para que no cayeran sobre él condenas como las de Galileo, entre otros. Descartes se prometió no volver a hablar nunca más del Chobitismo debido a la decepción que le causaba su tiempo. De hecho, muchas obras de Descartes, como las Reglas para la dirección del espíritu, Tratado del mundo o Tratado del hombre fueron publicadas póstumamente.

Las pocas palabras acerca del Chobitismo que Descartes escribió permanecerán ocultas esperando mentes ávidas de conocimiento que hagan suya la máxima de: Chobiteo luego existo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Del sentimiento chobitiano de la vida


“¿Y qué ha dejado Don Quijote?, diréis. Y os diré que se ha dejado a sí mismo y que un hombre, un hombre vivo y eterno, vale por todas las teorías y por todas las filosofías. Otros pueblos nos han dejado sobre todo instituciones, libros; nosotros hemos dejado almas. Santa Teresa vale por cualquier instituto, por cualquier Crítica de la razón pura.”

Esto es lo que dice Miguel de Unamuno en la conclusión de Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos. Si Unamuno hubiese conocido Chobits, habría dicho:

“¿Y qué ha dejado Chii?, diréis. Y os diré que se ha dejado a sí misma y que un chobit, un chobit vivo y eterno, vale por todas las teorías y por todas las filosofías, por toda la ciencia y todo el conocimiento. Otros pueblos nos han dejado sobre todo instituciones, libros; nosotros hemos dejado almas. Chii vale por cualquier instituto, por cualquier Crítica de la razón pura.”

jueves, 24 de septiembre de 2009

La insoportable levedad del ser que no conoce Chobits


Aunque de forma tácita, en la obra de Milan Kundera puede apreciarse la siguiente conclusión: que es el lenguaje el que traza los límites de la búsqueda de las posibilidades de la existencia del hombre. Para Kundera, ese es el objetivo de la novela: buscar esas posibilidades. Y estas posibilidades de existencia se encuentran, precisamente, en los límites de la propia existencia, límites entre los que se ubica la novela, que debe acatar y respetar esos límites, no porque no intente sobrepasarlos, sino porque no puede. Solo Chobits puede sobrepasar esos límites y, por tanto, únicamente aquella persona que ha visto o leído Chobits podrá buscar nuevas posibilidades de ser. La barrera del ser que no conoce Chobits son los límites de su existencia, que trazan y delimitan sus posibilidades de ser. Para ir más allá, hay que acudir a Chobits.

A continuación os dejo un fragmento de la obra La insoportable levedad del ser, en la que se menciona, implícitamente, a Chobits. Copio el fragmento original, pero añado, en letras de distinto color, lo que realmente Milan Kundera quiere decir:

“Y es que las preguntas verdaderamente serias son aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingeniosas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta, salvo para aquel que conoce, ha visto y aprecia Chobits. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre. Y solo con la ayuda de Chobits pueden ampliarse esas fronteras".

miércoles, 5 de agosto de 2009

San Agustín y las "Confesiones"

Como es sabido, las Confesiones de San Agustín inician el género de la autobiografía espiritual. El autor, en constante búsqueda de la verdad, da cuenta de las distintas formas de vivir que tiene un hombre en pos de la salvación chobitiana.

Uno de esos famosos fragmentos es el siguiente:

El que no tiene mujer tiene su pensamiento puesto en las cosas de Dios y en cómo agradarle, el que está unido por el vínculo del matrimonio tiene la mira puesta en el mundo y en cómo agradar a su mujer
, pero el que ha visto Chobits sabe que la vida es constante admiración terrenal y espiritual en Chii. Así el amor chobitiano se convierte en la paradoja de vivir en tierra pero pensando en la salvación del espíritu.

San Agustín, Confesiones, Libro II; 2

lunes, 27 de julio de 2009

Bertran Russell y Chii

Esta fue la anécdota mediante la cual Russel demostró que Chii es Dios y que es demostrable mediante la lógica.

Discutía Russell un día con un filósofo sobre la implicación lógica. En lógica, se considera que una implicación sólo es falsa cuando el antecedente de la implicación es verdadero y el consecuente falso. Por tanto, si el antecedente es falso, la implicación resulta automáticamente verdadera.

Pero aquel filósofo, que tomaba todo esto por absurdo, quiso mostrar con un ejemplo lo ridícula que podría resultar esa ley:

- Según esto, dijo a Russell, habría que admitir que es verdad que "si 2+2=5, entonces, ¿Chii es Dios?"

Russell contestó afirmativamente, demostrándolo de la siguiente manera:

- Supongamos que 2+2=5; entonces, si restamos 3 de cada lado de la ecuación, nos da 1=2. Ahora bien, como Chii y Dios son dos, y 1=2, entonces Chii y Dios son uno. Luego Chii es Dios.

miércoles, 22 de julio de 2009

El "Teorema de Chobits"

El "Teorema de Church" dice que: Si la tesis de Church es verdadera, el problema de la decisión en lógica de primer orden es insoluble.

Bien, pues:

Según el "Teorema de Chobits" la lógica de primer orden tiene decidibilidad, ya que estipula que: todo lo que es computable con máquinas de ábacos, lo es por Chobits y a la vez Chobits puede computar cualquier función de primer orden, ¡y de segundo si quisiera!

jueves, 16 de julio de 2009

Kant y la "Crítica del Jucio" como evidencia de Chobits

Sí, el sentido común nos obliga a pensar que la felicidad solo es posible con Chobits y la vida entregada a Chii.

No se puede negar esto, es así: simple y compleja es la verdad chobitiana.

Y si es así, ¿acaso la felicidad no se ha dignado a aparecer siglos y siglos? Sabemos que no es así, y el Chobitismo muestra las huellas de Chobits incluso antes de que fuera revelado.

Kant sabía que la opinión común relaciona el placer con la existencia de un objeto o una finalidad. O bien recibimos placer mientras disfrutamos de él en cuestión, o bien esperamos que ciertas acciones desaten consecuencias favorables.

De aquí que Kant dé a la belleza tres características: es algo sin concepto, osea, que no depende de la existencia del objeto, desinteresado y sin fin, esto es: la felicidad que obtenemos de la belleza es una finalidad sin fin.

Sin esta universalidad subjetiva otorgada a una belleza no existente pero que es capaz de hacer feliz a todo ser humano no entenderíamos una vida sin Chobits.

martes, 14 de julio de 2009

Aristóteles y la felicidad de la vida chobitiana

Para Aristóteles, los hombres tienen como fin último la felicidad. Pero, ¿cuál es el contenido de la felicidad? Para responder a esta pregunta, Aristóteles diferencia entre varios tipos de felicidad diferentes:

En primer lugar encontramos la felicidad de aquellos que tienen como objetivo de vida la vida placentera; las personas que se encuentran en este primer grupo consideran que el contenido de la felicidad son los placeres.

En segundo lugar, hay quienes consideran que es preferible el honor a los placeres, es decir, que el contenido de la felicidad es el honor (honor a través del reconocimiento público). El contenido que permite llegar a ese honor es la práctica de las virtudes políticas o éticas: justicia, valentía y sensatez.

En tercer lugar, nos encontramos con aquellos que consideran que el bien máximo es la realización de lo más elevado que poseemos; felicidad consiste en desarrollar la actividad teorética máxima, la sabiduría. Este es el tipo de felicidad que sigue Aristóteles.

Una cuarta forma de vida podría ser la crematística, que aparece al principio de la obra Ética a Nicómaco, concretamente en el Capítulo 5 del "Libro I". La crematística se refiere a la vida de negocios, relacionada con el dinero.

Sin embargo, es bien sabido que el propio Aristóteles, hacia el final de su vida, se dio cuenta de que el desarrollo de su actividad teorética máxima no le proporcionaba toda la felicidad que él necesitaba, y por eso elaboró una nueva teoría relacionada con Chobits. Es la llamada vida chobitiana; sólo aquella persona que dedica su vida al culto a Chobits y que vive por y para ello podrá llegar a ser feliz. La felicidad máxima es la vida chobitiana: solo el hombre que dirige su vida a Chobits podrá encontrar la verdadera felicidad.

domingo, 12 de julio de 2009

La concepción platónica de la polis ideal: la polis chobitiana

En su teoría sobre la polis ideal, Platón distingue tres niveles básicos distintos, que son los siguientes: los artesanos, que tienen encargada la función de producción y distribución; los guerreros o guardianes, encargados de la defensa de la sociedad; y los gobernantes, encargados, lógicamente, de gobernar. Platón señala que cada uno de estos sectores ha de cumplir una función determinada dentro de la polis, una función que está asociada a una virtud concreta. Sin embargo, esta teoría está, evidentemente, incompleta, pues en ella no se aprecia todavía ninguna influencia chobitiana. Por eso, posteriormente, Platón creará un cuarto estamento, situado por encima de los otros tres, y relacionado directamente con Chobits.

Platón distingue entre tres virtudes diferentes: la templanza, la valentía y la prudencia. La última de ellas, la prudencia, es la que corresponde a los gobernantes. El objetivo fundamental de esta virtud es el de organizar interiormente a la polis de la mejor forma posible, estableciendo para ello una serie de ordenanzas destinadas al mantenimiento de cierto orden entre las relaciones sociales que se dan dentro de la polis. Si aquellos que tienen la misión de gobernar tienen como virtud la prudencia, ésta se manifestará en toda la polis, de forma que la polis en su conjunto sea prudente. La segunda virtud que hemos mencionado es la valentía, propia de los guerreros. La valentía está relacionada con el respeto a la ley en todo momento. De la misma forma que unos gobernantes prudentes hacen que la polis en su conjunto sea prudente, unos guerreros que posean la virtud de la valentía convierten a la polis, en su conjunto, en una polis valiente. Por último, la templanza es la virtud del estamento de los artesanos y productores. La templanza es el dominio de los apetitos, que crea una armonía entre lo menos bueno y lo que es mejor por naturaleza, de modo que los menos buenos obedezcan a los más buenos. La templanza forma parte, además, de todos los habitantes de la polis.

Sin embargo, como ya hemos mencionado al comienzo del texto, Platón también habla de un cuarto nivel, situado justo por encima de los gobernantes: es el nivel chobitiano, es decir, el nivel de todos aquellos que han sido tocados por la gracia de Chobits. La virtud de este estamento es la virtud chobitiana, de difícil definición, pues ella abarca todas las cosas buenas del mundo. Corresponde a los gobernantes, a los guerreros y a los artesanos obrar conforme a las exigencias chobitianas que dicten aquellas personas pertenecientes a este estamento, pues solo de esta forma será posible crear una polis en la que reine la paz, la armonía y la felicidad. Solo una polis chobitiana es sinónimo de prosperidad.

viernes, 10 de julio de 2009

El mensaje de Heráclito a través de Chobits

Heráclito de Éfeso vivió aproximadamente entre la segunda mitad del s. VI a.C. y el primer tercio del s. V a.C. en una ciudad de Asia menor llamada Éfeso. Esta época está caracterizada por la prosperidad de las colonias griegas: las famosas "ciudades abiertas".

Pero es conocido que Heráclito no aceptaba la sociedad de su época y la criticó con una agresiva ironía. Despreció el camino que había tomado la democracia. Creía que a esta situación se había llegado por culpa de la ignorancia de la gente, acrecentada con la superstición religiosa, el dominio de la costumbre y, por supuesto, la falta de Chobits.

Harto de todo esto, Heráclito dejó la ciudad y se retiro a vivir a las montañas, acrecentando así su fama de misántropo, esa aversión al trato humano que le es atribuida, pero comprensible tras ver las consecuencias de una sociedad no instruida en las verdades chobitianas.

Su famoso libro (de nombre muy habitual entre los presocráticos) Acerca de la naturaleza, se supone que estaba dividido en tres partes: Sobre el universo, Sobre la política y Sobre teología. Sin embargo, está clara su intención de una cuarta parte, que, en cierto modo, esta implícita en todos los fragmentos: Sobre Chobits.

De Heráclito solo conservamos aforismos, lo que complica su interpretación e hizo que los antiguos le llamasen “el oscuro”. El problema vuelve a ser el mismo: la falta de Chobits hace imposible un método de interpretación correcta del "príncipe de los presocráticos" (como diría Alfredo Llano).

Próximamente ofreceremos algunos fragmentos de Heráclito interpretados desde el Chobitismo.

Los 3 + 1 estadios de Kierkegaard

Kierkegaard distinguía en su filosofía tres tipos de estadios diferentes, estadios que forman el camino de la vida: el estadio estético, el ético y el religioso; sin embargo, las teorías chobitistas han demostrado que existe un cuarto estadio: el estadio chobitista.

El estadio estético se podría definir como la forma de vida del hombre que está bajo la impresión sensible. Se trata, pues, de un individuo volcado en la inmediatez, en el instante, en el placer momentáneo. El valor supremo del estadio estético es el placer: el esteta busca el placer y trata de escapar del dolor, y es por ello por lo que busca el instante y lo inmediato. La existencia estética conduce al fracaso, y solo a través de la desesperación podremos darnos cuenta de que hemos de avanzar hasta un nuevo estadio: el estadio ético.

En el estadio ético, el hombre renuncia a lo individual para entrar en contacto con lo general. El hombre ordena su vida según el bien y trata de alejarse del mal; en este estadio, lo más importante es el contacto con los demás, pero eso no siempre es posible, ya que el hombre necesita una interioridad; al tratar de mantener las cosas propias y personales de cada uno de nosotros sin ponerlas en contacto con los demás, aparece ante nosotros la angustia, que es otro tipo de desesperación, y volvemos a tener la necesidad de avanzar hacia un tercer estadio: el religioso.

El estadio religioso es el estadio de estar ante Dios, es decir, es un estadio de relación personal con Dios. Este estadio trae consigo dos pasos diferentes: el primero de ellos implica el sometimiento de las metas temporales a la relación con Dios, y el segundo es que toda nuestra vida ha de concentrarse en dicha relación, que será una relación absoluta con lo absoluto. Sin embargo, todo hombre necesita que sus acciones se vean recompensadas, y, aunque dirijas tu vida a Dios, éste nunca te responde. Vuelve a surgir la desesperación, y, ante ello, la necesidad de dar un paso más en nuestra vida; es entonces cuando avanzamos al estadio definitivo: el estadio chobitista.

El estadio chobitista (también llamado estadio chobitiano) es el estadio de la autorrealización, de la vida, de la felicidad y de la armonía. El hombre se da cuenta de que Dios no le recompensa tal y como se merece, y busca otro ser superior que sí que le haga entrar definitivamente en la absoluta felicidad. Ese ser superior es Chii, el Dios absoluto del Chobitismo y de las teorías chobitistas. Solo el hecho de pensar en Chii te da la felicidad, te otorga la paz contigo mismo, la tranquilidad absoluta y da sentido a tu vida. El hombre solo puede autorrealizarse pensando en Chii y viviendo para ella. El estadio chobitista es el estadio definitivo, la meta que todo individuo ha de conseguir alcanzar en el camino de la vida.

miércoles, 8 de julio de 2009

Platón, Nietzsche, Wittgenstein y Chobits

Ludwig Josef Johann Wittgenstein nace en Viena el 20 de abril de 1889. Hacia 1921, en una revista alemana, se publica su Tractatus Logico-Philosophicus. En él concluye que los problemas de la filosofía han sido resueltos y no queda nada por decir. Sin embargo nacieron constantes problemas de la relectura del Tractatus que provocaron que Wittgenstein pusiera en entredicho todo lo que antes había escrito.

Las teorías tradicionales apuntan que este profundo cambio se debió a las conversaciones de Wittgenstein con Frank Ramsey y P. Sraffa (a quienes llega a citar en el prólogo de las Investigaciones).

Sin embargo, es bastante conocido el fuerte temperamento e inteligencia del señor Wittgenstein, lo cual nos hace dudar de que unas simples conversaciones pudieron persuadirlo en el cambio hacia su segunda filosofía.

Chobits nos revela que solo es posible la derrota de las teorías esencialistas mediante la caída de la tradicional forma de concebir el lenguaje: las teoría referencialistas (defendidas por Frege, por ejemplo), según las cuales el significado de un objeto se aprende señalando el objeto y diciendo el nombre al mismo tiempo. Por ejemplo, para aprender qué es un "lápiz", señalo el objeto y digo el nombre. Pero parece que esto no es suficiente; Wittgenstein dirá, después de ver el 4º capítulo de Chobits, que al señalar algo, si no se tiene un lenguaje base, no se puede aprender; podría señalar el lápiz y creer que el nombre "lápiz" designa el color, la dureza, etc.

Este cambió tuvo una influencia enorme en la filosofía analítica.

Pero, ¿cómo conoció Wittgenstein Chobits?: solo en el eterno retorno, en el devenir del ser. La ontología selectiva afirma el ser como afirmándose en un devenir activo donde solo estas fuerzas reaparecen.

Es necesario por tanto el círculo del eterno retorno y el alma platónica para comprender la tesis wittgensteniana.

Wittgenstein no pudo sino recordar aquellas fuerzas activas que se revelan en el alma y ver que: la definición ostensiva es insuficiente. (Esto es, el producto de la reminiscencia)

El lenguaje está compuesto entonces de juegos del lenguaje, libres e independientes cada uno.

¿Cuál es el recuerdo de Wittgenstein? El capítulo 4 de Chobits. Aquí se explicita esta imposibilidad de las correspondencias lógicas del lenguaje.

[a partir del min. 5]


Chii!

¿Qué es Chobitismo? (II)


¿Qué es el Chobitismo?

El Chobitismo es el cuarto estadio de Kierkegaard.

martes, 7 de julio de 2009

Maquiavelo: de "El Príncipe" a "El Rey"

El Príncipe es la obra más conocida de Maquiavelo. Fue escrita en el año 1513; en aquel momento, su autor había sido acusado de conspirar contra los Medici, una poderosa familia florentina. En este escrito, Maquiavelo trata de explicarnos cuál ha de ser el comportamiento de un príncipe que pretenda conservar su principado durante mucho tiempo y hacer que sus súbditos le obedezcan y respeten.

Maquiavelo escribió esta obra para Lorenzo II de Medici, con el objetivo de recuperar su anterior cargo de Secretario de la cancillería de Estado de Florencia, cargo que había perdido un año antes.

Maquiavelo murió en el año 1527, sin llegar nunca a recuperar su antiguo puesto en la cancillería. El Príncipe fue publicado póstumamente, en el año 1532, cinco años después de la muerte de su autor.

La relación de Maquiavelo con Chobits y el Chobitismo tiene un problema, evidentemente, de tipo temporal: Chobits no fue creada hasta casi 500 años después. Las teorías chobitistas (o chobitianas), tan de moda hoy en día, han demostrado que, si Maquiavelo hubiese visto el anime de Chobits, probablemente nunca habría perdido su cargo de Secretario de la cancillería de Estado de Florencia ni tampoco habría sido encarcelado. Habría llevado una vida tranquila y habría podido gozar de todos aquellos placeres que nunca descubrió. No habría tenido que tratar de agradar a los Medici, sino que los Medici habrían tratado de agradarle a él; y, por supuesto, si Maquiavelo hubiese visto Chobits, jamás habría escrito El Príncipe: habría escrito El Rey.

domingo, 5 de julio de 2009

¿Qué es Chobitismo? (I)


¿Qué significa Chobitismo?

El Chobitismo es una corriente filosófica que nació a comienzos del siglo XXI; aunque aparece de forma paralela en diversas partes del mundo, podría decirse que tiene su origen en Japón.

El Chobitismo está directamente relacionado con cualquier línea de pensamiento que haya aparecido a lo largo de la Historia; así, podría decirse que el Chobitismo abarca desde el más extremo empirismo hasta el más puro racionalismo, pasando por el positivismo, el espiritualismo, el existencialismo o incluso el determinismo. Todo está relacionado con el Chobitismo, que nos demuestra que cualquier acontecimiento que pueda suceder o haya sucedido, así como cualquier teoría que se haya pensado o demostrado o pueda ser pensada o demostrada, acaba llevándonos siempre al mismo sitio, al mismo fin, al mismo destino: Chobits.

Sean bienvenidos a este nuevo blog que hoy inauguramos: Filosofía Chobitiana.